Como todas las temporadas, al cerrar el invierno, hacemos algo muy lindo con los niños. Abrimos el Parque de Nieve para aquellos que se lo merecen y por distintas razones no pueden acceder a nuestro predio.
Se trata de niños especiales. No importa la razón. Y si no fuera por el vínculo que creamos con organizaciones y terceros. Esos niños dejarían de ser niños sin tocar la nieve de la montaña. Simplemente se trata de regalarles un día de pura diversión. Pero ese día, es muy probable, que quede en la memoria de sus cabecitas para toda la vida.
Para ellos, el solo hecho de viajar a la montaña ya es una aventura grandiosa. Cuando llegan al Parque de Nieve, sus rostros reflejan una felicidad contagiosa. La alegría es absoluta y desbordante. Es momento de darles la indumentaria que necesiten y los trineos para que se diviertan todo el día en la nieve. Ese mágico sueño, se hizo realidad para ellos.
¡Lo hicimos una vez más!, Pero esta vez, los que agradecemos somos nosotros. Un gracias enorme a Gabriela Alé y la Fundación del Grupo América por la logística y a Carlos Paredes del Centro de Día Creciendo.
Gracias. Gracias. ¡Gracias!